Los del corazón
ebrio
Los del corazón ebrio
cantaron a la calle toda la calle y noche
bajo mi ventana absorta.
No iban ebrios de amor
ni de añoranzas.
Sólo portaban un paño de color
de sueño
para los sueños desvencijados
de los que osaban dormir
en noches como ésa.
Los del corazón ebrio
hacían agitar los espesos cortinados
con sólo una balada
y una bella ebriedad de nacimiento.
La balada era sobria y la calle estrellada.
Tenían los ojos insomnes por derecho
y la alegría de río.
Y como río se mecía la calle.
Los del corazón ebrio,
que elevaban sus miradas por destino
encontraron mi sonrisa
que descendía por herencia.
- Cómo es tu corazón - me preguntaron.
Mi corazón es callado,
mi corazón es tan callado.
|